Jesús – luz. Hay una conexión entre estas palabras. En el argot del cristianismo es muy común la frase; “Jesús es la luz de mi vida”.

¿De dónde proviene esta conexión?

En la biblia hay un libro de poesías de varios salmistas. Su contenido tiene que ver con:

1) las vivencias que estaban teniendo y,
2) la impresión que ellos tenían de Jehová, el Dios de los judíos.

Muchas de estas poesías son quejas por injusticias que veían; pero lo relevante de estas poesías es que después de la queja, terminaban diciendo palabras de alabanza a Dios, de tal modo que la queja se convertía en un acto de confianza.

En uno de esos salmos, el 27, es donde vemos la expresión de que Dios es luz. Aquí les dejo el texto tal cual:

“El SEÑOR es mi luz y mi salvación;
¿de quién temeré?
El SEÑOR es la fortaleza de mi vida;
¿de quién me he de atemorizar?”
Salmos 27:1

Luego en la biblia, en los evangelios, viene la historia de Jesús. Y no todo es milagros y acciones de amor, también están las expresiones que Él decía mientras interactuaba con la gente. Una de esas expresiones, apuntaba al salmo 27, tiene que ver con lo que Él se atrevió a decir de sí mismo:

“Otra vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” – Juan 8:12

Atreverse a decir eso fue una osadía. Él estaba apuntando al salmo 27, y diciéndole a su audiencia que así como en la antigüedad, en medio de las dificultades Jehová era luz, así ahora Él, Jesús, era la luz de la vida.

Qué osadía, pero también qué gran verdad: Millones de personas que han confiado en Jesús han podido experimentar que cuando confías en Él, hay claridad; tanta, que permite confirmar que Él es la luz de la vida.

Si aún no has experimentado esto te invito a confiar en Él.